martes, 31 de marzo de 2015

Pensamientos mañaneros.

Qué sueño... Debería levantarme ya o no llegaré a tiempo. No debería taparme, a este paso me vuelvo a quedar dormido. ¿Llegaré algún día a acostumbrarme a madrugar? Creo que no. Si algún día lo consigo monto una fiesta, realmente es algo para celebrar, sería un paso muy importante en mi vida. Sí. Sin duda lo celebraría.

Hoy voy a hacer de todo, tengo el día organizado, me va a dar tiempo a ir a clase y sobre todo a estudiar, que ya me tengo que poner al día. 
(...) Ya es la tercera alarma que suena, me quedan dos. AY, QUÉ PEREZA. Venga va, me levanto. Dos minutitos más. Esta lucha mañanera se ha convertido en rutina desde hace unos meses.

Café, necesito café. Café, café, café, café, café... Valió ya ¿no? Qué sueño... Lo primero es lo primero. Café. Aunque para empezar tendré que levantarme claro. No tiene que ser tan difícil, pongo una pierna en el suelo, después la otra y por último me levanto.
... Pues sí es difícil, sí. Ni que me hubieran pegado con cola a la cama. ¿Y si ruedo hasta caerme? A lo mejor me duele un poco la caída pero ya se me pasará.

Venga ya. Que a este paso no hago nada. Y... ¡hop! Bien. Conseguido. Hmm... No ha sido tan complicado, puede que me llegue a acostumbrar. Sí, a partir de mañana a la primera alarma me levanto para estudiar y pasar apuntes...

Espero.

jueves, 19 de marzo de 2015

Microcuento: "Castigo".

Entonces se encontró ella sola, sin saber qué hacer ni a quién acudir. En un vacío del que probablemente nunca saldría. En la oscuridad más intensa, acompañada de un sentimiento de soledad y amargura que reflejaba la verdadera naturaleza de su corazón.

Tenía miedo de su propia existencia, no recordaba nada de su vida, ni siquiera su nombre, pero sabía que se merecía el peor de los castigos. La muerte no era nada comparado con lo que iba a tener que sufrir por sus actos y ella era consciente de ello. Una eternidad viva, pero muerta.

Lo único que pudo recordar es que todo fue culpa suya.

domingo, 8 de marzo de 2015

Bucle Infinito.


Niños queriendo ser mayores,
queriendo perder su inocencia,
queriendo perder su capacidad de sorprenderse,
abandonando su entusiasmo,
abandonando su ingenuidad,
abandonando su curiosidad por el mundo,
dejando atrás su ilusión,
dejando atrás su imaginación,
dejando atrás la sinceridad de su corazón.